miércoles, 17 de febrero de 2010

El encanto amargo del alcohol

Anoche sin duda he caído

Al terrible encanto del alcohol…

Recordé cuánto había sufrido,

Cuántas veces lloré de dolor.

Y es que vi en el vaso tu imagen,

Reflejada en un solo color,

Pensando que a cada triste sorbo amargo,

Cortaría con esta maldición.

Y es que nada ha ocurrido en mi vida,

Que me ayude en algo a sobrevivir,

Y es por eso que me entregué anoche convaleciente

A ese vaso que no me hizo sufrir.

Porque en él noté tu figura

Monocromática observándome a mí

Y creí que con sólo imaginarte en mis manos,

Esa noche podría ser feliz.

Me quedé en silencio mirando hacia el cielo,

El viento con fuerza levantó,

Las pequeñas gotas que con violencia cayeron

Endulzaron raramente el alcohol.

Y pensé: si aquí mismo estuvieras,

Esta noche habríamos hecho el amor,

Y no habría necesitado de estas botellas,

Para calmar mi dolor.

Y es que nada ha ocurrido en mi vida,

Que me dé esperanzas de continuar,

Y saberte a mi lado algún día sería

Mi razón por la cual descansar.

Porque en el vaso noté tu figura

Monocromática mirándome a mí,

Y creí que con sólo imaginarte en mis manos,

Esa noche podría ser feliz.